Normandia #715 esq Reyes de Mayorca, Col. Montecarlo, Cd Obregon, Mx.
Si usted ama a Dios las cosas del mundo no lo atraerán. Está en la Biblia, 1 Juan 2:15-17, "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre".
Usted no puede gozar de los placeres mundanales y a la vez ser amigo de Dios. Está en la Biblia, Santiago 4:4, "¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios".
¿Qué clases de actividades son equivocadas? Está en la Biblia, Gálatas 5:19-21, "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
No copie las modas populares de este mundo. Está en la Biblia, Romanos 12:2, "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta".
El conocer a Jesús hace que perdamos el interés por el mundo. Está en la Biblia, Gálatas 6:14, "Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo".
Evite las filosofías mundanas. Está en la Biblia, Colosenses 2:8, "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo".
Viva de tal forma como si su hogar estuviera en el cielo. Está en la Biblia, 1 Pedro 2:11, "Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma".